El pozo que excavan Laura y Amalia, junto con Saidi, se complica por a presencia de momias en medio del pozo. A penas se pueden mover, al fondo del pozo por miedo a pisar algún hueso. Aunque el relleno está muy revuelto, por ahora parece que el pozo fue solo saqueado en época antigua, pues no se encuentra nada moderno y la cerámica es exclusivamente de la dinastía 17 o comienzos de la 18.
Del pozo que supervisa Ana siguen saliendo grandes bloques de piedra, y muy poco material. Incluso está apareciendo muy poca cerámica, lo que es rarísimo en nuestro yacimiento, en el que la cerámica nos inunda allá donde excavemos.
Hoy ha sido la tercera vez durante esta campaña que hemos llevado la comida al yacimiento para comer con los trabajadores. Nos acomodamos sobre unas esteras extendidas sobre el suelo, para disfrutar de un excelente guiso de carne de ternera, que incluía sesos y otras partes de la cabeza. Hemos inaugurado una buena costumbre que, junto con lo de desayunar en el yacimiento, está para quedarse. Aprovechando que nos saltamos la comida del Marsam, nos fuimos un grupo reducido a ver la tumba de Amenhotep Huy, virrey en Nubia bajo el reinado de Tutankhamon. Su tumba es espectacular, y lo curioso es que uno de los líderes nubios, llamado Heqa-nefer (literalmente “El Buen Gobernante”), construyó y decoró su tumba a la egicia. La tumba de Huy se encuentra muy cerca del Marsam, en un poblado conocido como Qurnet Murrai, que fue demolido en 2006/07, pero que a diferencia de Dra Abu el-Naga, algunas casa se han dejado en pie. Y ya puestos, después nos subimos por el poblado hasta la cresta de la colina, para disfrutar de unas vistas cautivadoras.