Un día más, los globos han pasado rozando el yacimiento. Normalmente el viento sopla en la otra dirección, de norte a sur, pero cuando no es así parece que estamos sufriendo un ataque marciano. Los restauradores egipcios, Asmaa, Fatima y Ahmed trabajan a buen ritmo, gracias a que Nadjar les prepara con mimo el mortero que han de utilizar para sellar grietas y rellenar los agujeros en el suelo. Dani, muy cerca de ellos, continua dibujando una de las paredes de la sala transversal de la tumba de Djehuty. Aquí las paredes están muy desgastadas por la acción del agua, el viento y el fuego. Para poder dibujar bien la decoración en relieve se ha de usar luz rasante y conviene apagar o tapar la luz que ilumina la tumba.
Hoy se ha incorporado al equipo Cisco, para trabajar con Salima en la publicación de una monografía sobre las momias de animales halladas en el yacimiento y su contexto arqueológico. La mayoría son ibis y halcones, pero también tenemos águilas, buitres, búhos, gavilanes, y hasta serpientes y musarañas.
Ya empieza a notarse el calor. Este año ha sido más fresco que los anteriores y hasta ahora había hecho más bien frio, pero desde hace un par de días ya se hace notar el calor en el yacimiento. Al final de la mañana, se agradece el momento de cruzar la calle y comprarse un refresco, lo que te permite aguantar hasta las tres.