Hoy ha apretado mucho el calor y no corría nada de aire, por lo que el trabajo fuera se ha hecho bastante arduo, y todavía más dentro de las jaimas. Hoy hemos reubicado a algunas cuadrillas, con el fin de ir preparando ya la excavación del año que viene. El Ministerio de Antigüedades nos ha concedido una nueva extensión, unos veinte metros hacia arriba de la montaña para incluir la casa derruida que está justo encima y que tiene una tumba detrás. La tumba probablemente esté echada a perder por la reutilización que habrán hecho los habitantes de la casa. Así que la tumba no es nuestro objetivo, sino poder alcanzar aquí la roca madre e ir descendiendo la ladera hasta alcanzar la parte de arriba de la tumba de Djehuty. En el camino iremos desmontando los muretes de adobe que levantamos nosotros hace varios años para contener el escombro y que no se nos viniera la montaña abajo, sobre todo en caso de una gota fría o similar. Pero primero hay que empezar limpiando escombros, como hicimos hace diez años en el Sector 10.
El pozo que está excavando David con Ana y Gamal es el lugar que está dando más sorpresas estos últimos días. Ya están trabajando en la cámara sepulcral. Como casi todos los casos anteriores, ha sido saqueada en época antigua. Pero, aún así, están encontrando mucho material interesante de la dinastía 12. Hoy han hallado una segunda figurilla humana de madera, esta vez sentada, que debió formar parte de una maqueta, probablemente un barco. Además, han encontrado una caja de ataúd de barro para un shabti de madera. Lo peculiar de la pieza es que sobre uno de los laterales se ha pintado con tinta negra dos ojos, a través de los cuales la figurilla del difunto podría ver y, al mismo tiempo, al ser ojos-udjat de Horus, actuarían de protección del interior del ataúd. Sobre los extremos, a los pies y en la cabeza, se han dibujado de forma muy esquemática, como si de un signo jeroglífico se tratara, sendas figurillas humanas de pie y con los brazos alzados que representan a las diosas Isis y Neftis, protectoras del cuerpo de Osiris y, por extensión, del difunto. Verdaderamente, una pieza singular.
Pía tiene acumulado mucho trabajo sobre su mesa, pues varios objetos significativos requieren de su limpieza y consolidación, para que luego Javier los pueda fotografiar en su estado final. Además, Pía es la encargada de los dibujos de las piezas singulares, por lo que también tiene ya cola para este cometido. Lo ideal es que nos llevemos de vuelta todo el material bien documentado, fotografiado, dibujado… para luego poder estudiar los objetos en profundidad e ir preparando las publicaciones científicas. Al final de cada campaña el trabajo se nos acumula y no se puede parar durante la jornada.