15 febrero 2017

¡Feliz No San Valentín! Y así, como quien no quiere la cosa, sin nombre ni marca en el calendario, se nos brinda otro día, enterito y lleno de posibilidades. Y no depende de nadie, de que alguien nos diga que hoy es el día, ni está constreñido a ninguna moda que nos dicte lo debemos hacer y decir. Es un día libre, para nosotros, para llenarlo como queramos y con quien queramos. Aquí en Luxor estamos genial, trabajando en lo que más nos gusta, disfrutando a tope y en una compañía superior. Eso no quita para que un ratito todos los días nos acordemos de quienes más queremos, al ir a desayunar al amanecer, de sobremesa al atardecer… No un día, un rato todos los días. Viva el anonimato, la sorpresa, la espontaneidad, y también la cotidianidad.

Y relacionado con lo que ha ocurrido hoy en la excavación se me ocurre otra reflexión, y ahí os la lanzo. Hemos oído muchas veces que la realidad supera la ficción y, así, puede ocurrir que estemos delante de algo tan fabuloso, tan inaudito, que no demos crédito a lo que estamos viendo. Puede ocurrir que cuando tu sueño se hace realidad (y esto es un poco exagerado), nos resistamos a creer que sea verdad, y nos empeñemos en buscar alguna explicación retorcida, esotérica. ¿Por qué dudar? Porque la duda es uno de los principios básicos de la ciencia, es lo que nos hace avanzar, lo que nos obliga a pensar, a argumentar, razonar y demostrar. Efectivamente, la duda lo complica todo, lo retuerce y lo retrasa, pero ayuda también a cimentar la idea, a convertir la afirmación en conclusión. Igual que la crisis generada por una discusión puede llevar a un entendimiento más sólido y duradero, la crisis generada por la duda es el principio de un paso firme hacia adelante.

La excavación hoy ha seguido centrada en la zona de entrada a las dos grandes tumbas talladas en la roca, una junto a la otra y casi paralelas. Ya se ha definido bien el patio de entrada que ambas compartían, tallado en la roca y rehundido. El acceso de entrada todavía no está visible, cabría esperar que estuviera frente a ambas entradas, pero lo que sí tenemos ya son las cuatro esquinas. Al quedar rehundido en la roca, casi como una piscina, fue acumulando capas y capas de limo fino consecuencia de lluvias torrenciales y riadas. Lo que parece increíble es que habiendo corrido tanta agua y habiéndose generado tanta humedad, puedan haberse conservado piezas de madera, tela de lino y restos vegetales. Esas cosas sólo ocurren en Egipto.

La restauración también va a tope en todos sus frentes. En la jaima de Pía hay una colección de piezas para limpiarse y consolidarse de museo. Piezas de cerámica completas, piezas de madera, linos en proceso de planchado, inscripciones… Miguel Ángel recoloca los bloques en la tumba de Hery como si lo llevara haciendo toda la vida. Y en la tumba de Djehuty, Suni y su equipo no descansan ni un minuto, mientras que sobre el techo moderno Nacho y Joan ya tienen casi acabada la instalación de las planchas de policarbonato para iluminar los relieves de la fachada con luz natural.