Habíamos preparado el subir en globo al amanecer para grabar desde el aire el yacimiento y su contexto geográfico y arqueológico. Nos levantamos a las cinco de la mañana. Pero desafortunadamente esta noche se ha levantado un viento muy fuerte que no ha cesado en todo el día. Con el capitán Iahia estuvimos esperando un par de horas a ver si con la salida del sol bajaba el viento, pero no. Además, soplaba totalmente en dirección sur, por lo que nos hubiera llevado directamente hacia la otra orilla y no habríamos pasado por encima del yacimiento, como era nuestro objetivo. Así que a las siete y media nos fuimos de vuelta al Marsam y, para compensar, nos desayunamos un par de huevos fritos y un buen zumo de naranja de los de verdad.