En el Diario de ayer mencionamos que, paseando por la necrópolis, fuimos a ver una estatua de Senenmut tallada en la roca de la colina. Pero resulta que un par de seguidores del proyecto, que leen el Diario, el Facebook y nuestro Instagram, nos han advertido que no se trata de Senenmut, sino de Senimen, tutor y mayordomo de la princesa Neferure, cuya tumba (TT 252) se encuentra justo debajo de la estatua. Este ejemplo es perfecto para subrayar el valor del Diario y de los beneficios que siempre conlleva el compartir las experiencias y la información. Es una suerte contar con seguidores tan fieles y tan instruidos. Gracias por estar ahí y gracias por escribir.
El plan para los próximos días es ir aumentando poco a poco el número de trabajadores, a medida que vayamos viendo la necesidad. Al haberse incorporado hoy José Miguel a la excavación, hemos creado dos nuevas cuadrillas de excavadores. Pero como todavía tenemos varias cuadrículas compuestas por basura moderna, creemos que todavía podríamos incorporar a dos equipos más manteniendo el control de la excavación, pero eso ya mañana.
Poco a poco, a la vez que van saliendo a la luz acumulaciones de piedras de caliza de gran tamaño, van apareciendo objetos interesantes en un terreno formado principalmente por lascas y piedras de tamaño pequeño y mediano. Entre ellos, destaca hoy el hallazgo de un shabti de madera, toscamente tallado, con una pequeña inscripción escrita en tinta negra sobre el pecho. Normalmente el texto identificaría al propietario, pero, debido a la rugosidad de la madera, la lectura no resulta fácil. Estos objetos son característicos de la dinastía XVII, ca. 1600 a. C. En el mismo nivel, en la misma unidad estratigráfica, han aparecido dos fragmentos de bandejas rituales de arcilla, características de la dinastía XII, lo que indica que estamos excavando una zona de revuelto, donde se mezclan objetos de distintas época. Uno de los fragmentos pudiera pegar con una bandeja ritual que hallamos en la tumba asociada al jardín funerario, datado también en torno al año 2000 a. C.
Por otro lado, la consolidación de las capillas de adobe sigue su marcha, y hoy Carmen y Fátima, después de incluso pasar el aspirador, han impregnado de silicato de etilo la capilla grande que excavaron hace un par de años Laura y José Miguel.