No para celebrar el día de San Valentín (lo siento por los románticos), sino para celebrar el cumpleaños de Juan, hoy hemos subido en globo aerostático. Por primera vez, a baja altura soplaba una suave brisa en dirección norte, que nos ha llevado lentamente hacia a Dra Abu el-Naga. El capitán ha manejado el globo para pasar justo por encima del yacimiento, lo que nos ha permitido sacar un montón de fotos y filmar desde arriba. Ha sido un vuelo espectacular. Gracias, Juan! La cesta estaba compartimentada en cinco habitáculos, para llevar a veinte personas. Fatma y Myriam se han unido al grupo y han volado con nosotros, disfrutando tanto o más que nosotros. Además del interés científico, nos lo hemos pasado fenomenal.
De regreso en el yacimiento, cada uno se dedicó a sus tareas, pero después del “fatur” subimos la colina para visitar al equipo australiano de la universidad de MacQuire, que tienen entre manos dos tumbas de época de Ramsés II. Las tumbas no se conservan muy bien, pero tienen su interés, sobre todo teniendo en cuenta que nosotros tenemos una tumba de esa misma época en nuestro yacimiento, la del supervisor de los tejedores Ramose.
Laura sigue excavando en el pozo frente a la capilla con Saidi. Y para seguir dándole vueltas al tema de las lluvias, Ibrahim ha perfilado esta mañana el corte que hay entre el pozo y la capilla para ver detalles de cómo se construyeron y cómo se rompieron, y qué papel jugaron las lluvias en todo eso. Con los geólogos estamos aprendiendo “en directo” la importancia del medio físico en la investigación arqueológica, y no sólo en lo que concierne a la naturaleza y uso del terreno, sino también a la injerencia del medioambiente en la actividad humana y en su registro arqueológico.