14 febrero 2016

Ayer comentaba sobre la importancia del nombre para los antiguos egipcios y para los arqueólogos de la necrópolis tebana, y hoy hemos hallado un fragmento de cartonaje con el nombre de su propietario, un escriba llamado Pa-di-iset de la dinastía XXI. Lo curioso es que en la cámara del pozo llevamos varios días hallando shabtis con el mismo nombre. Todos los shabtis están partidos por la mitad intencionadamente, lo que coincide con la saña con la que el cartonaje de su ataúd ha sido roto en decenas de pedazos. En la cámara hoy han salido cuatro cabezas, separadas del tronco también con alevosía. Probablemente una de ellas sea la de Pa-di-iset. Eh hueco para el ataúd ya tiene al menos 1,20 m. de profundidad, lo que nos hace pensar si no será más bien un pozo, pues para encajar un ataúd bastaría con un metro de profundidad como mucho. Si al final fuera un pozo, tendría al menos una cámara al fondo. Y en ella podrían haber restos del equipamiento del primer propietario…

Hoy se ha unido al equipo Tina, que trabaja para la Chicago House y el Oriental Institute, pero también es miembro del Proyecto Djehuty desde hace ya unos cinco años. Ella y su marido, Richard Jasnow, profesor de la universidad Johns Hopkins de Baltimore, son los encargados de estudiar los grafiti demóticos del proyecto, casi un centenar. Tina ha comenzado su jornada de trabajo revisando la media docena de ostraca demóticos que hemos ido hallando en le transcurso de la excavación.

José Miguel se vuelve a España mañana de madrugada. Su pozo ya ha alcanzado más de seis metros de profundidad. La cámara del piso de abajo, medio metro por debajo del nivel de las dos ya excavadas, ya tiene la entrada a la vista. Inevitablemente tendrá que posponerse su excavación hasta el año que viene. Ya tenemos al menos un objetivo para la campaña de 2017.