14 febrero 2009

La excavación en la cámara funeraria de Djehuty se ha reanudado hoy con el equipo habitual, Gemma, Kamal y Salem. El trabajo sigue siendo complicado y hay que ir muy poco a poco. A pesar de que en varias ocasiones hemos ido quitando las piedras del techo que amenazaban con caerse, todavía hay que estar muy atentos a los testigos que hemos dejado en las grietas y comprobar que no se hallan ensanchado, que no estén en movimiento. Todos llevamos siempre casco dentro del pozo, pero si te cae un bloque grande…

Por otro lado, José Miguel ha comenzado hoy a excavar otro de los pozos de la tumba de Djehuty, el que se abre en la sala transversal. A diferencia del de la sala más profunda, el que excava Gemma, que estaba oculto bajo los escombros que llenaban la sala, éste otro estaba a la vista desde el primer día, pero entonces lo cubrimos con un tablón grueso y hasta hoy no lo hemos levantado. Todo un ejercicio de paciencia y orden. Ahora le ha tocado su turno. Si el otro es el típico pozo rectangular, con las medidas justas para descender por el un ataúd en horizontal, el de la sala transversal es casi cuadrangular: 1,10 x 1,20 m. Además, ya fue vaciado en parte, pues nos lo encontramos con los escombros que lo rellenan a 2,25 m. de profundidad. Entre otras muchas razones, el objetivo de excavar este pozo es recuperar fragmentos de inscripciones y relieves de la tumba de Djehuty que pudieran haber caído dentro. Y, efectivamente, habiendo excavado tan sólo medio metro hemos recuperado una decena.

Hoy el rais Alí nos ha invitado a todo el equipo, como todos los años, a cenar en su casa. Nos ha pedido que no comiéramos para poder “cebarnos” bien, como a él le gusta. Su mujer, Amira, prepara una sopa de cordero excelente, además de la típica molujeiya, kofta, cordero, arroz, menestra … Y nosotros que pensábamos adelgazar en Egipto.