Hoy ha sido un día tranquilo, más o menos… Seguimos teniendo varios frentes abiertos en distintos lugares. Miguel Ángel está ya terminando la restauración de Hery. Ha prolongado sobre la reintegración moderna las líneas que separan los registros que componen en los que se dividen la decoración de las paredes para que así el ojo del visitante pueda conectar visualmente las figuras que componen una escena y que ahora, debido a las lagunas en la roca de la pared, quedaban separadas. Además, ha consolidado las grietas del techo y ahora está rematando la consolidación del suelo. El año que viene ya sólo habrá que planificar cómo iluminar la sala interna y el acceso a la galería de época Ptolemaica, y la tumba ya estará lista para ser abierta al público.
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Pasillo de la tumba de Hery visto desde dentro, con el nuevo suelo ya casi acabado.
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Nacho y Joan se encargan de pintar de nuevo el techo del cerramiento de la tumba de Djehuty.
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Rifai remata la limpieza de una inscripción en la sala transversal de Djehuty.
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David hace fotogrametría del pozo que excava Angie a primera hora de la mañana, cuando todavía hay sombra.
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David, Javier y el mudir comentan sobre la excavación.
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Laura excava con Haggag alrededor de la capilla de adobe.
En la tumba de Djehuty hemos decidido pintar de nuevo el techo del cierre que levantamos hace un par de años, pues habían quedado unas partes irregulares debido a la manera tan peculiar con la que hormigonamos el techo (a mano, sin máquina de hormigonar y, por tanto, calculando a ojo las cantidades de arena, agua y grava). Para pintar el techo hemos tenido que cubrir todas las paredes y el suelo junto a la fachada con plásticos. En el interior, Siham, Fatma y Hussein siguen limpiando las paredes de la sala transversal, mientras Dani y Carmen continúan con el dibujo epigráfico del pasillo central.
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Entrada a la cámara del pozo que excavan Ana y David con Gamal.
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Lucía estudia los cartonajes con Charlotte.
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Javier fotografía con Pía y Angie una de las telas de cáñamo halladas en el pozo que excavaron Angie y Marisol.
En la excavación del exterior, Ana y David han llegado al fondo del pozo que en realidad forma parte de la tumba grande del Reino Medio con la que conecta el primer pozo de la dinastía 17. El pozo mide de casi tres metros de profundidad y accedemos a él por un pozo de algo más de cuatro metros. Lo más interesante es que al fondo del segundo pozo hallamos varias jarras de cerveza del Reino Medio. Cuando hoy han perfilado el escombro que tapona el acceso a la cámara sepulcral para dejar bien a la vista la estratigrafía y hacer fotogrametría, en el estrato inferior aparecieron más jarras de cerveza del reino Medio, y una de ellas parece completa. Es significativo cómo con el tiempo, a medida que vamos descendiendo de cota en la ladera de la colina, va en aumento los materiales que pueden datarse en el Reino Medio.