Esta madrugada hemos cambiado el intenso calor por un fuerte viento. En El Cairo, al parecer, ha llovido bastante esta noche. Hasta aquí no ha llegado el agua, pero el cielo ha estado nublado casi toda la mañana y ha soplado un aire fresco que todos hemos agradecido. Los días nublados son perfectos para hacer fotografías, pues la luz es tan intensa en los días de sol que quema e iguala todas las superficies y el contraste con las sombras es demasiado radical. A los geólogos que se han unido al equipo hoy, Teresa, Sole y Sergio, las nubes les han venido como anillo al dedo, pues han podido observar con buena luz los detalles de los perfiles que rodean el jardín. Ya sólo la discusión generada en la primera toma de contacto ha sido muy enriquecedora. No es que la geomorfología vaya a resolver todas nuestras incógnitas y dudas, pero seguro que sí que aportará otro punto de vista muy distinto y nos ayudará a entender qué pudo pasar en el patio desde que el primer ocupante de la tumba talló el suelo del patio en la roca de la montaña, en torno al año 2000 a. C., hasta que las tumbas de la zona fueron saqueadas y el terreno revuelto unos cuatrocientos años después.
Sergio señalaba que, como el patio es una especie de pileta, el agua más que discurrir, se estancó, es decir, que el flujo de agua no tenía mucha energía. Además las arenas depositadas en uno y otro evento fueron muy similares, por lo que será difícil percibir diferencias. Será interesante combinar la estratigrafía de los geólogos con la aportación de sebas sobre el polen que se pueda hallar en cada estrato. Todo este lio tiene como objetivo entender los sucedido, buscar una explicación a cómo se pudo conservar así el jardín, qué ocurrió antes y qué ocurrió después.
Mientras tanto José Miguel ha sacado a la luz el brocal de un nuevo pozo funerario. Ya son tres los nuevos pozos descubiertos en la zona. Por coincidencia, el mudir y el rais Alí habían decidido comenzar a excavar uno de los pozos delante del jardín. Tampoco nos quedan muchos días de excavación, pero suficientes para al menos intentar documentar aportar un poquito de luz al contexto del jardín.
La restauración, tanto en la tumba de Djehuty, como en la de Hery, avanza a muy buen ritmo. Los conservadores egipcios que trabajan con nosotros son excelentes, muy entregados a su trabajo. Hemos hecho con ellos unos muy buenos fichajes. Nacho y Joan trabajan a su lado a destajo, rematando la iluminación y el cierre de la entrada a la tumba de Djehuty. Son muchos los detalles que hay que cuidar y que ir corrigiendo si queremos que el visitante quede impactado al entrar. El listón está tremendamente alto, pues las tumbas de los cortesanos abiertas al público en Luxor son, cada una de ellas, una obra maestra. Tenemos tres campañas por delante para hacer un gran trabajo entre todos.