Hoy hemos terminado de excavar el pozo funerario de la zona norte del Sector 10. El polvillo fino al final se hacía insoportable. El pobre Ibrahim ha sido el que más ha sufrido, y cuando salían al exterior él, Isham y Mohamed la cara y las mascarillas hablaban por sí solas, todo un poema, pero del tipo “soy minero…” El haber acabado me va a dar la oportunidad de poder dedicarme con más atención al estudio preliminar de los materiales hallados. Algunas de las inscripciones nos están haciendo sufrir a Curro y a mi. Pía, por su parte está enteramente dedicada a la limpieza y consolidación de los objetos, que luego pasan a la mesa de fotografía de Pito, donde todavía cobran más vida.
En la zona sur de Sector 10 que supervisa Angie cada vez se ve mejor el brocal del segundo pozo, marcado por adobes y rodeado de una acumulación significativa de bloques de caliza de mediano tamaño y de cerámica. Los dos pozos de su zona serán uno de los objetivos de la próxima campaña. Por otro lado, en el sector de Gema también se perfila ya claramente la fachada de una nueva tumba, adosada a la de Ay. La parte superior está rematada por adobes, pero queda por ver, hasta que excavemos por encima, si están relacionados con esta tumba o con otra situada más arriba en la falda de la colina.
Todos hemos pasado hoy a admirar la restauración que Miguel Ángel ha hecho de las pinturas de la capilla ramésida. También dentro de la tumba-capilla de Djehuty los trabajos de restauración siguen dando sus frutos. En la pared derecha del pasillo se avanza de dentro hacia fuera y Ahmed y Khaled están ahora recolocando bloques en la escena de caza en el desierto. Mientras tanto, Nieves y Mohamed han recompuesto una de las jambas de entrada a la sala más interna, la capilla. Allí, Nacho y Joan han terminado de instalar el cierre metálico del pozo, diseñado para que pueda verse bien el brocal del pozo, tallado en la roca de la colina, y para que una parte pueda abrirse para bajar y subir por el pozo.