Ayer se incorporó al equipo el arqueobotánico Ahmed Fahmy, profesor de la universidad de Helwan. Esta es la tercera campaña que pasa con nosotros. Su cometido es, principalmente, la identificación de las maderas utilizadas en los diferentes objetos hallados en campañas anteriores, desde los ataúdes de Iqer, “Valentina” y compañía, las flechas, arcos y bastones que acompañaban al primero de ellos, hasta las patas de varias sillas que hallamos en las primeras campañas. Para ello, Ahmed ha venido este año con un microscopio potente y se ha instalado su pequeño laboratorio junto a la figura de Djehuty tallada a la entrada de la tumba.
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Los globos se elevan al amanecer desde un campo junto al Rameseum.
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Ahmed Fahmy comienza su análisis de maderas con el ataúd de “Valentina”.
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Pía y Andrés calcan la inscripción escrita sobre la tapa del ataúd de Iqer.
Salima no ha querido perderse el final de la campaña y ha vuelto un par de días para revisar con Roxie algunos huesos pendientes que tienen a medias. Han comenzado reexaminando a “Valentina” y limpiando en profundidad algunos huesos que quedaron a medias en el primer estudio. En algunos trozos de barro pegados a los huesos han salido más cuentas del collar de fayenza que lució Valentina en su viaje al Más Allá. Ahora le tocará a Pía engarzar las cuentas y recomponer el sencillo pero elegante collar, de moda hace cuatro mil años.
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La excavación rejuvenece, incluso cuando se anda con huesos.
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Salima compatibiliza el móvil con los huesos.
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Las esteras nos sirven para reducir el polvo a la entrada y dentro de las tumbas.
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Joan vuelve a topografiar la entrada de Djehuty.
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La estatua de Djehuty tiene las proporciones egipcias por excelencia.
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Después de la conferencia nos fuimos de celebración a una terraza junto al Hotel Luxor.
Por la tarde, a las siete, el mudir ha dado una conferencia en el Museo de la Momificación de Luxor, sobre la cámara pintada de Djehuty, haciendo especial hincapié en el hecho de que la cámara conserva intactos los nombres de Djehuty y de sus padres (que fueron sistemáticamente borrados en la parte de arriba del monumento), incluso un retrato del propio Djehuty. La cámara sepulcral de Djehuty es una de las primeras cámaras decoradas de la dinastía XVIII, y el Libro de los Muertos que se escribe en las paredes y techo es una de las primeras composiciones de este corpus de pasajes funerarios, el cual comienza a ponerse de moda bajo el reinado de Hatshepsut, pero escribiéndose en vendas de momia y en papiro.