Hoy viernes, día sin trabajo de excavación, hemos dedicado la mañana a diferentes actividades. Un grupo aguerrido (Andrés, Parra, Sergio, Curro y Sole) ha desafiado el sol y el calor para atravesar el desierto y subir hasta la “Colina de Thot”. Se trata de un interesante yacimiento perdido en la montaña tebana en el que quedan restos de un santuario del dedicado al dios Horus, del Reino Medio, aunque remonta sus orígenes a los primeros faraones, la época Tinita. En el camino han encontrado varias canteras, con marcas de trabajo de época faraónica y grafitos figurados.
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Canteras antiguas de camino a la Colina de Thot.
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Una vista del desierto desde una torre de vigilancia romana.
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Los vestigios del templo de Horus impresionan tanto por su entidad como por el paisaje que le rodea.
Pía, Nieves y Elena se han dedicado al Valle de las Reinas, que está cerca de nuestro hotel. Allí se encuentran las tumbas de las reinas y príncipes de los faraones enterrados en el Valle de los Reyes. Quizás la más famosa de todas sea la de Nefertary, que actualmente se encuentra cerrada al público para asegurar la preservación de las maravillosas pinturas que encierra.
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Los restos de la fachada del templo preservan adobes de 4000 años de antigüedad.
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Para el grupo que ha subido a la Colina de Thot, el esfuerzo ha merecido la pena.
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El patio de Marsam, los gatos son elementos habituales del paisaje.
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Trabajando en nuestro gabinete de estudio del Marsam.
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Pía y José Manuel conversan mientras Joan se afana con su ordenador.
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El aperitivo con cebollas y anchoas a la brasa que preparan Carlos y Joan.
El resto del equipo ha permanecido en el hotel, avanzando en los trabajos de estudio y documentación que necesariamente han de acompañar toda actividad arqueológica: dibujos, planos y fotografías, elaboración y redacción de informes y memorias, progreso en los distintos temas de investigación… Pero también es día de fiesta, hemos preparado una comida especial, que ha resultado un banquete: Carlos y Joan nos han ofrecido unos deliciosos aperitivos. Pía ha hecho un salmorejo, y Nieves, que tienes raíces gallegas, nos ha obsequiado con unas “filloas” estupendas. Para rematar, una buen “shisha” y a preparar la jornada de mañana.