13 enero 2025

Marieta y Carolina han estado escaneando el yacimiento desde primera hora de la mañana. Se han tropezado con un problema inesperado: los perros de la zona. El año pasado se comportaban de forma agresiva con ‘su primo’ Tutu y estaban venga a gruñirse, pero este año han cogido confianza y ahora se tumban en cualquier lado del yacimiento a tomar el sol y no hay quien los mueva. Carolina lo intentaba todo, pero no había forma de sacarles de la zona de escaneo y tuvimos que claudicar y escanearles tal cual.

Los demás miembros del equipo nos fuimos al almacén del Servicio de Antigüedades, para volver a hacer un inventario de todo lo que tenemos allí guardado y ver qué cosas están pendientes de estudio. La primera sorpresa fue encontrar que nos habían movido las cajas a otra habitación, y la segunda que en el camino se habían desmontado varias cerámicas que habíamos pegado e incluso se había roto la tapa de un arcón de madera donde se guardaban piezas bastante importantes. El pequeño caos sirvió casi para motivarnos más todavía y nos pusimos pronto manos a la obra. El asunto requerirá al menos varios días más.

Entre múltiples cosas, en el almacén están guardados en cajas los restos humanos de tres pozos funerarios que excavamos en 2005, 2006 y 2007. En su día se hizo un informe preliminar, pero ahora creemos que merece la pena dedicarles mayor atención, y Jesús Herrerín va a inventariarlos y estudiarlos con detenimiento. También quedaron allí almacenadas treinta cajas con cerámica del denominado ‘gran depósito´ que sacamos a la luz en 2012 entre los pozos del Segundo Periodo Intermedio del Sector 10. Las cerámicas datan de la dinastía 17 o comienzos de la dinastía 18 y llegamos a contabilizar unas dos mil vasijas.