En el área que están ahora excavando Angie y David, a medida que va pasando el tiempo y vamos descendiendo, vamos retrocediendo en el tiempo. Comenzamos excavando restos de expolio de enterramientos datados en torno al 1550 a. C., con abundante cerámica de la dinastía XVII; luego alcanzamos un nivel de suelo de arena fina y anaranjada, con cerámica de la dinastía XIII caída por lo que era el suelo en el 1800 a. C., aproximadamente; y ahora parece que estamos en un nivel caracterizado por cerámica de la dinastía XII, es decir, del año 1900 a. C. Al no hallarse las piezas in situ, sino arrojadas por los expoliadores, en realidad las piezas no datan el nivel o estrato, sino que aportan una fecha post quem, es decir, “después de”. La secuencia parece indicar que los saqueos se produjeron poco tiempo después de los enterramientos y, por tanto , que hubo varios momentos de saqueo.
A media mañana, Pito ha realizado una sesión fotográfica de la capilla de adobe de Intefmose, su pozo funerario y alrededores, y luego del área delante de las grandes tumbas excavadas en la roca. Para luego llevar a cabo una fotogrametría, ha realizado una serie de orto-fotos manejando una pértiga de unos cinco metros, colocando en el extremo la cámara de fotos y manejándola por remoto con una aplicación en el móvil. El resultado es espectacular, como si hubiéramos hecho sobrevolar un dron por el yacimiento, pero más sencillo, más barato y sin problemas de aduana.
Ya hemos quitado la mayor parte de las maderas del encofrado y al final de la jornada instalamos la puerta de metal que llevará el nuevo cerramiento de la tumba de Djehuty. Es importante ahora calcular los tiempos y tener en cuenta imprevistos de última hora. Pero si no se termina del todo tampoco pasa nada, ya se hará el año que viene; lo importante es que quede lo mejor posible.