A medida que va pasando el tiempo, el Sector 10 Norte va cobrando más y más sentido. El problema es que las estructuras de adobe se solapan unas con otras y, sin ver todavía el frente de tumbas en la ladera de la montaña, resulta complicado entender plenamente la relación entre ellas. José Miguel y Joan se entregan a ello y, con sus excavadores, cuidan hasta el mínimo detalle para no perder nada de información. De la mayoría de las estructuras queda sólo entre 20 y 50 centímetros de muro, algunos enlucidos y pintados y otros no. Los adobes, además, se han seguido reutilizando hasta ayer, por lo que puedes encontrarte adobes antiguos en muros modernos. La solución al problema habrá de esperar un poco más.
En el Sector 10 Sur la excavación es, en principio, más sencilla. Lo peor de los pozos es el polvo que tragas y que te quedas incomunicado del resto de la excavación, lo que en algunos casos puede ser relajante, pero otras veces te pone un poco nervioso no saber lo que está ocurriendo por arriba. Lo que ayer conté sobre la importancia de reconocer que no se sabe de todo y preguntar para saber venía a raíz de una discusión que tuvimos en la sobremesa después de comer. Otro aspecto de la excavación que ha surgido en las discusiones es el hecho de que no todos pueden estar “en primera fila”, donde ocurren los hallazgos, pero no por ellos su trabajo es menos importante. Curro y Gudelia, revisando, clasificando, inventariando y guardando los materiales que hallamos en la excavación hacen un trabajo esencial, todo pasa por sus manos, y sin ellos estaríamos perdidos. Es, sin duda, un trabajo menos grato que el excavar y por ello, los que tenemos esa suerte les estamos muy agradecidos y valoramos enormemente su sacrificio. Aún así, también tienen sus momentos de gloria, cuando juntan fragmentos hallados en diversos días y recomponen piezas, como es el caso de algunos muebles e instrumentos musicales que hemos idos hallando a trozos.
Al final del día, Pito ha conseguido sacar tiempo y ha comenzado a instalar los tubos de luces led en la estructura de metal que ya está colocada en el pasillo. También va a conseguir que los cables no se vean, camuflados tras el falso techo. La tumba de Djehuty parece otra, solo le falta música de ambiente…