11 febrero 2010

Hoy hemos recibido la visita de Pío Díaz de Tuesta y de Gabriel Morate de la Fundación Caja Madrid. El mudir les ha dado un “tour” por el yacimiento, guiándoles hasta abajo del pozo. En la cámara pintada de Djehuty estuvieron un buen rato sentados, admirando la decoración y comentando los problemas de conservación y las medidas que se han adoptado ya y que se adoptarán en la próxima campaña. De una a tres, mientras el mudir pagaba, Pío y Gabriel han ido pasando por los distintos trabajos que se realizan a la vez en el yacimiento, la epigrafía, la restauración, el estudio de cerámica, etc.

Pía ha comenzado a calcar con acetatos la inscripción que recorre los cuatro lados y la tapa del ataúd de Iqer. En otras ocasiones, para dibujar las inscripciones de la tumba de Djehuty y de Hery, solemos utilizar un programa de dibujo vectorial (antes FreeHand y ahora Adobe Illustrator) tomando como base una fotografía a alta resolución. Sin embargo, en este caso nos hemos inclinado por hacerlo de la forma convencional, dibujando con rotuladores indelebles sobre acetato (una especie de plástico algo rígido) para tratar de reproducir la frescura y trazo suelto de los signos jeroglíficos que componen la inscripción. Las paredes de Djehuty y de Hery están decoradas en relieve y para eso el programa de ordenar funciona bien, pero para el trazo de pincel suelto de Iqer es mejor el dibujo a mano.

Por la tarde, quedamos a las seis y media al otro lado del río y un grupo nos fuimos a visitar el museo de Luxor. Tal vez sea el museo más moderno, donde las piezas están mejor expuestas e iluminadas. Por supuesto, nos acercamos a saludar a nuestra Tabla del Aprendiz y al lino con la fecha de producción del año dos del reinado de Amenhotep II. La vitrina de la Tabla la movieron del lugar original y ahora la luz incide mal sobre la pieza y el dibujo de uno y otro lado no se ve con facilidad, pero ese problema está ya fuera de nuestro alcance.