11 febrero 2009

La excavación funciona como un reloj, como un equipo, cada uno metido en su trabajo. Sergio y Sole se han incorporado rápidamente al ritmo de la excavación, han volcado en el ordenador los datos de temperatura y humedad que durante el año han estado recogiendo los termohigrómetros que colocamos dentro de las tumbas, y han programado y colocado otros nuevos. Andrés ha estado hoy inventariando los fragmentos de relieve que han salido en la excavación los últimos días, en el exterior y dentro de la tumba –399– y sus diferentes pozos y galerías subterráneas. Por otro lado, María José y Elena, con la colaboración de Omar, han estado juntando fragmentos de vasijas procedentes del pozo funerario de Djehuty. Aunque no se si llegaremos a completar alguna, al menos hay restos de cinco jarras pintadas de estilo Hatshepsut–Tutmosis III.

Nieves y Leandro siguen limpiando y sellando grietas de las paredes de la capilla de Djehuty, mientras que Ahmed Bahdadi se ocupa de las estatuas de la pared del fondo. Pía no para ni un momento y hace de todo. Un rato está con Imán restaurando el ataúd de Iqer, luego se sube a la jaima y calca en un acetato el dibujo de una cerámica de gran tamaño hallada en la cámara funeraria de Djehuty, y a media mañana se fue al almacén para buscar en el “study magazine” una de las piezas que irá a la exposición de El Cairo y que necesita consolidación.

Esta mañana hemos recibido la visita del director del departamento de antiguo Egipto y Sudán del Museo Británico, Vivian Davies, y su mujer, Reneé Friedman. Ellos están trabajando en una tumba contemporánea a la de Hery, pero ubicada en Hagar Edfu. A ellos les ha servido de mucho conocer de primera mano la decoración de Hery, mucho mejor conservada que su tumba, y a nosotros nos han interesado mucho sus comentarios sobre la titulatura de Hery y la escena familiar representada al fondo del pasillo.