11 febrero 2007

La excavación ya emprende su recta final, cumpliéndose todos los objetivos… y más. Por encima de las fachadas de las tumbas, ya hemos desmontado el muro moderno de piedra que construyó el Servicio de Antigüedades en 1910 para proteger la entrada a la tumba de Djehuty. Sobre la vecina tumba «intermedia» (-399-), ayer encontramos el comienzo del agujero que desciende hasta el techo de la sala transversal. Hoy, lo hemos excavado, descubriendo que está muy bien tallado en la roca de la montaña, lo que descarta la posibilidad de que sea un agujero de ladrones. Tal vez fuera un pozo de enterramiento, o para un depósito de momificación, y sus constructores profundizaron demasiado y acabaron tocando el techo de la tumba de abajo. Lo más importante es que ya estamos preparados para excavar y retirar el derrubio que cayó dentro de la sala y que llega hasta el techo.

En el patio de Djehuty, las dos catas avanzan necesariamente despacio. En la más próxima a la fachada de la tumba, en una esquina aparecen muchos pequeños fragmentos de relieve. Andrés ha conseguido reubicar uno de ellos en la capilla de Djehuty, lo que quiere decir que partes del suelo del patio se rellenaron con posterioridad al enterramiento de Djehuty.

En el pozo que antes excavaba Ibrahim y que ahora ha cogido el relevo Sayed, han salido a la luz varias cerámicas completas. María José ha descendido hasta la cámara sepulcral para estudiarlas «in situ». Quedan los últimos diez centímetros de tierra. a ver qué sorpresas nos esperan.