Trabajo de campo
Hoy hemos reducido drásticamente nuestra plantilla de trabajadores: nos hemos quedado con sesenta. En el sector supervisado por Gemma, en el patio de Djehuty, ha aparecido un pequeño depósito de momificación de la dinastía XXVI. Consistía en un pequeño montón de tela de lino con restos de resina y unos cuantos saquitos de tela con natrón. Todo ello debía estar dentro de una vasija de cerámica, cuyos fragmentos encontramos alrededor. Un poco más al sur, encontramos los restos de un cuerpo humano y una pequeña jarrita de ungüentos junto a ellos.
En el sector de José Miguel, delante de la tumba intermedia, tenemos ya claramente visibles tres estructuras de adobe prácticamente alineadas. Cada una de ellas es la entrada a un pozo de enterramiento. El de más al sur tiene los muros bastante gruesos y los adobes parecen de buena calidad, es decir, antiguos, tal vez del Reino Nuevo. Pegando por fuera a uno de los laterales, ha aparecido a última hora un depósito de cerámicas de tono claro y en muy buen estado, de la dinastía XVIII.
Después del descanso de media mañana, hemos retomado la excavación del pozo de la tumba intermedia, pues aún nos quedaba la segunda cámara sur por excavar. A la entrada hemos ido encontrando pequeños fragmentos de papiro, con un texto escrito en columnas, en jeroglíficos cursivos. Tal vez se trate de parte del Libro de los Muertos del propietario de la tumba. Mañana seguiremos trabajando muy despacio, a ver si aparecen más fragmentos.
Trabajo de gabinete
En la sala más interna de la tumba de Djehuty, Carlos Cabrera sigue excavando los escombros que en algún momento la llenaron casi hasta el techo. Ha recuperado siete pequeños fragmentos de relieve. La parte de arriba de la decoración de las paredes puede ya verse con claridad y, como esperábamos, son de una calidad extraordinaria y se conservan en bastante buen estado. Los rituales funerarios representados aportarán una información muy importante sobre las costumbres religiosas de la época.