10 febrero 2022

La excavación del Sector 10 y 11 ya ha llegado casi al nivel de la roca madre, es decir, al nivel donde ya se empiezan a verse las bocas de los pozos, entre los bloques de caliza y los adobes amontonados por los saqueadores, tanto los de época antigua, como los del siglo XIX. El área delante de la capilla de ofrendas es algo complicada de prever cómo va a evolucionar, pues ha de salir aquí un pozo funerario, pero la alineación de piedras de caliza y adobes dan a entender que, en algún momento, los saqueadores levantaron un tipo de estructura temporal, lo que complica un poco la comprensión de lo que vemos hasta ahora.

En la zona que supervisa Angie, ha salido a la luz un perro envuelto en lino, tal vez momificado, con la peculiaridad de que tenía un bozal de cuerda manteniendo cerrada la mandíbula. El tamaño del perro no es muy grande y se estima que murió a mediana edad. Cabe la posibilidad de que fuera sacrificado. Tendremos que excavar un poco más para conocer más detalles. Al final de la mañana se pasó por el yacimiento Salima y ayudó a Angie a excavar el esqueleto del pequeño animal. Otra peculiaridad que descubrimos al final de la jornada es que el perro tenia un pequeño collar de cuentas de fayenza de dos tonos de azul.

Salima también tuvo tiempo de vaciar la gran vasija de la dinastía 27 que encontró hace unos días David junto a la estructura de adobe. Se trata de un depósito de momificación, o parte de él, y la vasija estaba casi llena de linos con bitumen y barro. María y David siguieron todo el proceso con atención, y otros no pudimos resistir la curiosidad y presenciamos la escena desde cierta distancia. No está clara la relación entre el depósito de momificación y el pequeño edificio junto al que se encontró.