10 febrero 2016

Ayer comentaba que en el yacimiento hallamos todo, o casi todo, muy fragmentado. Pero es que, además, casi todo está muy revuelto, consecuencia de la reutilización de las tumbas años después de que fuera enterrado su primer propietario, y consecuencia de la actividad de los saqueadores de época antigua y moderna. En algunos lugares el batiburrillo es colosal, pues los pozos y tumbas se vacían y se rellenan varias veces, las piedras entran y salen de los lugares y los objetos “vuelan” hasta los lugares más insospechados. En ocasiones, los saqueadores actúan con prisa y poca luz, y se dejan algunos objetos del equipamiento funerario que estaban saqueando. Otras veces, actúan con una saña exagerada, rompiendo en mil pedazos el ataúd, desmembrando la momia, e incluso quebrando los huesos de forma cruel y luego quemándolos.

Ese es el caso del pozo que excava el mudir. Del enterramiento original, de finales de la dinastía XVII, apenas quedan restos. La tumba debió ser robada y limpiada con esmero en el tercer periodo Intermedio, si no lo fue antes. Durante la dinastía XXII se ocupó por dos o tres personajes, según los restos humanos encontrados y los fragmentos de ataúd. Más tarde, éstos fueron rotos en mil pedazos, y los huesos y vendas de lino esparcidos por toda la cámara. Los saqueadores se ensañaron con los ataúdes y cuerpos con extrema violencia. Todavía quedan algunos días de excavación, pero no creo que vaya a cambiar mucho esta reconstrucción.

Hoy ha venido una inspectora de El Cairo, Ghada, para supervisar la manipulación de los restos humanos y momias de animales. En ausencia de Salima y Roxie, Pito ha montado la máquina de rayos-x en la sala más interna de la tumba de Djehuty. Este chico vale tanto para un remedio como para un descosido. La máquina digital no la han prestado nuestros colegas americanos que trabajan en Dra Aby el-Naga Sur. Todo ha salido perfecto. El único problema ha sido que las momias pequeñitas estaban envueltas en barro, por lo que la radiografía no ha podido mostrar con claridad el interior de los paquetillos de lino.