Mientras Parra sacaba fotos a la cámara más interna de la tumba de Hery, ahora con la parte de arriba del pilar central visible por sus cuatro costados, Kamal y Salem comenzaban a excavar en la vecina tumba de Baki. Desde la tumba de Baki cae una chorrera de escombros dentro de la tumba de Hery, por lo que si queremos excavar el año que viene la tumba de Hery, tenemos que solucionar primero este problema. La tumba de Baki es también de comienzos de la dinastía XVIII, pero más tarde fue agrandada hasta acabar totalmente deformada. Tanto es así que, cuando Champollion accedió a Hery a través de ella en 1829, la describió como “una gran caverna”. Fue decorada con pintura sobre mortero, pero apenas queda nada sobre las paredes, al menos en la parte superior, que es lo que puede verse, pues tiene hoy alrededor de un metro de escombro sobre el suelo original. Nosotros la hemos usado de almacén desde que la redescubrimos en la cuarta campaña. Ahora que hemos trasladado las cajas a un nuevo almacén y ha quedado despejada, podemos excavar su interior.
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“Mastaba” de piedras que bloquea la caída de escombro a través del pilar de Hery.
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Entrada de la tumba de Baki desde dentro.
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La “caverna” de Baki antes de comenzar la excavación.
Mohamed y Omar Farouk están terminando de pegar los fragmentos de la cerámica más especial hallada dentro de la cámara sepulcral de Djehuty, por lo que ya hay algunas piezas preparadas para fotografiar. Los dos hermanos han hecho un trabajo realmente estupendo recomponiendo las vasijas; un trabajo que requiere mucha memoria fotográfica y paciencia. Es comos si se juntaran y revolvieran varios puzzles y los tuvieras que hacer sin foto de guía. ¡Mabrouk!.
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Parra y Omar fotografían algunas de las vasijas halladas en pedazos en la cámara sepulcral de Djehuty.
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Omar lleva el buen humor a la cerámica.
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Curro rodeado por bolsas de material.
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Angie revisa e inventaría algunos huesos de la excavación de arriba.
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El rais Alí en plena forma.
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El joven aguador lleva con nosotros cinco campañas.
La excavación en la parte de arriba del yacimiento avanza a buen ritmo, lo que genera gran cantidad de materiales, sobre todo fragmentos de cerámica y huesos. El rais Alí ya parece estar plenamente recuperado de su enfermedad y hoy a dirigido a los trabajadores con tanta energía como siempre. El calor vuelve apretar estos días y cuando llegan las tres de la tarde estamos todos ya derrengados, soñando con sentarnos a la sombra del patio del Marsam y dar cuenta de los sabrosos platos del chef Mohamed. Claro que, antes, un buen gin-tonic con un chorrito de medio limoncito egipcio… capaz de revivir a una momia del Reino Antiguo.