09 febrero 2017

Como hoy es jueves, nos hemos ido por la tarde a dar una vuelta por Luxor, a cambiar dinero y hemos acabado todos cenando en el restaurante Sofra, un lugar auténtico y con mucho encanto. Hemos celebrado que Angie y Zulema defendieron sus tesis doctorales el año pasado; Angie sobre el paisaje sagrado de la necrópolis tebana, cuestiones de reconstrucción del paisaje y visibilidad utilizando el SIG, y Zulema sobre la cerámica como medio para reinterpretar las excavaciones pasadas en Medamud. ¡Felicidades a la las dos!

La excavación ha continuado a buen ritmo, sin sorpresas. La única sorpresa del día ha sido la visita inesperada del Gobernador de Luxor al final de la jornada, cuando estábamos terminando de pagar la semana al centenar de trabajadores. Le enseñamos el yacimiento, los distintos trabajos que se realizan y la restauración y museización de la tumba de Djehuty que estamos llevando a cabo. Alagó nuestro trabajo y charlamos sobre cómo reactivar el turismo en Luxor.

A menudo me preguntan que cómo nos entendemos con los trabajadores durante la excavación. La mayoría del equipo conoce el vocabulario indispensable en árabe para hacerse entender, y la mayoría de ellos chapurrean el inglés. La comunicación es posible, sobre todo si ambas partes demuestran interés. La lengua es un hándicap, pero no un impedimento. Lo que sí está claro es que para que la comunicación sea efectiva no basta con emitir el mensaje, has de asegurarte que el receptor lo ha entendido. Esto no sólo es válido para interlocutores de lenguas distintas, también entre nosotros. Así, la comunicación más que en hablar consiste en escuchar.