06 febrero 2018

Este ha sido el primer viernes en el que el tremendo calor hacía que se te quitaran las ganas de hacer una excursión. Ya el año pasado estaba prohibido subir a la montaña libremente, pero lo conseguimos hacer medio de estrangis. Este año hemos querido hacerlo bien y hemos pedido permiso al Servicio de Antigüedades y a la policía. Para este viernes el permiso no ha llegado, por lo que hemos tenido que recurrir a los planes B. Y menos mal, porque con el intenso calor de hoy nos hubiéramos frito subiendo la montaña. El plan B de un pequeño grupo ha sido ir al valle del color a buscar pigmento rojo y amarillo. Desde allí nos acercamos a visitar la tumba del virrey de Tutankamon, que tiene una representación de una comitiva de jefes nubios egiptizados que constituye un documento histórico único.

Otro grupo se marchó a visitar tumbas privadas hasta llegar a Deir el-Bahari. Y los más “bon-vivant” se fueron al Winter Palace a emular a la nobleza europea y regalarse un refrigerio en uno salón imponente. Todos coincidimos de nuevo en el Marsam poco antes de las 3. Hoy tocaba aperitivo ibérico y unas cebollas a la brasa hechas por Joan que estaban para chuparse los dedos.

Después de comer, ha costado más que otras veces subirse al “chiringuito” a trabajar, pero no queda otro remedio si queremos llevar la excavación al día y todos los líos académicos extra que tenemos varios de nosotros entre manos. Por lo menos por la noche refresca un poco y el trabajo se hace tolerable. Bueno, mañana empieza una semana que promete ser muy intensa, a ver qué sorpresas nos esperan.