Este ha sido el primer viernes en el que el tremendo calor hacía que se te quitaran las ganas de hacer una excursión. Ya el año pasado estaba prohibido subir a la montaña libremente, pero lo conseguimos hacer medio de estrangis. Este año hemos querido hacerlo bien y hemos pedido permiso al Servicio de Antigüedades y a la policía. Para este viernes el permiso no ha llegado, por lo que hemos tenido que recurrir a los planes B. Y menos mal, porque con el intenso calor de hoy nos hubiéramos frito subiendo la montaña. El plan B de un pequeño grupo ha sido ir al valle del color a buscar pigmento rojo y amarillo. Desde allí nos acercamos a visitar la tumba del virrey de Tutankamon, que tiene una representación de una comitiva de jefes nubios egiptizados que constituye un documento histórico único.
Otro grupo se marchó a visitar tumbas privadas hasta llegar a Deir el-Bahari. Y los más “bon-vivant” se fueron al Winter Palace a emular a la nobleza europea y regalarse un refrigerio en uno salón imponente. Todos coincidimos de nuevo en el Marsam poco antes de las 3. Hoy tocaba aperitivo ibérico y unas cebollas a la brasa hechas por Joan que estaban para chuparse los dedos.
Después de comer, ha costado más que otras veces subirse al “chiringuito” a trabajar, pero no queda otro remedio si queremos llevar la excavación al día y todos los líos académicos extra que tenemos varios de nosotros entre manos. Por lo menos por la noche refresca un poco y el trabajo se hace tolerable. Bueno, mañana empieza una semana que promete ser muy intensa, a ver qué sorpresas nos esperan.