06 febrero 2017

Ayer se fueron Cisco y Jesús y ya les echamos de menos. Para compensar y animar un poco el cotarro, se ha unido al grupo Joan, que anda siempre con la sonrisa puesta. Es un refuerzo importante para el equipo, tanto para poner al día la topografía de las nuevas zonas excavadas, como para echarle una mano a Nacho con el techo del nuevo cerramiento de Djehuty. El éxito del proyecto es sin duda el equipo, tanto en lo profesional como también en lo personal. En un proyecto de arqueología como este es muy difícil separar una cosa de la otra, y para que el trabajo funcione bien es imprescindible llevarse bien y que haya buen ambiente. Las seis semanas que estamos aquí se trabaja duro, disfrutamos, pero se trabaja con intensidad (en las fotos eso no se refleja tanto esto), y de una campaña a otra las vidas de cada uno de nosotros cambian, y por distintas razones unos salen y otros entran, y en estas circunstancias es muy importante conseguir mantener al grupo unido, como una piña, es así como se consigue seguir avanzando.

Pía ha alisado los linos pintados de época romana. Para fecharlo con precisión, Cisco escribió ayer un e-mail a Jónatan Ortiz, que es especialista en sudarios de época romana en Egipto y él fue quien nos precisó y argumentó la datación en el siglo I de nuestra era. ¡Gracias! Ahora David sigue excavando el pozo sobre el que estaban las momias, y ya se intuyen dos cámaras sepulcrales. Mientras tanto, en la tumba de Hery, Miguel Ángel necesitaba reforzar una parte de la pared derecha antes de iniciar la restauración, para lo cual hemos realizado una pequeña excavación en la zona. A los pocos minutos teníamos restos de dos cuerpo enterrados y la entrada a un nicho de dimensiones considerables. Está visto que en este yacimiento si abres un nuevo frente no sabes cuándo ni cómo vas a terminar.

Lucía y el mudir han hecho un despliegue sobre tres mesas grandes de los fragmentos de cartonaje que se hallaron en uno de los pozos excavados el año pasado. Es un puzzle de gigantescas dimensiones, de cientos de fragmentos, pero el esfuerzo seguro que va a merecer la pena, porque, a pesar de su estado fragmentario, la policromía se conserva muy bien. Para esta tarea hemos contado con la “inspectora en prácticas” Dalia, que se está mostrando muy dispuesta a aprender y a ayudar en cualquier tarea.