-
Continúan los trabajos de excavación en la loma de la colina.
-
Excavación en el pozo de la capilla grande.
-
Avance en la excavación del pozo de la capilla grande.
Poco a poco vamos rebajando la cima de la colina, al ir retirando los escombros que arrojaron aquí excavaciones de las tumbas ubicadas algo más arriba a principios del siglo XX. La falda de la colina se convirtió así en una escombrera de piedras de pequeño y mediano tamaño, y tierra de color gris, naranja o blanco según su origen. Como todo esto es vertido de excavaciones previas, a penas encontramos material, pero van saliendo a la luz grandes piedras que en época antigua conformaban la topografía de la colina. Mientras tanto, al pie de la escombrera, Ana ha comenzado a excavar el pozo ubicado detrás de la gran capilla de adobe.
-
Los trabajadores esperando su paga semanal.
-
Felices llevando la comida para la faluca.
-
El equipo disfrutando del paseo en faluca.
Para poder excavar el pozo, primero desmontamos un murete de época moderna, pero que reutilizaba adobes antiguos, concretamente adobes provenientes de la fachada de la tumba de “El escriba real Djehuty-nefer, justificado”. De los treinta y tres adobes que formaban el murete, cuatro de ellos conservaban legible la impronta de su sello. Djehuty-nefer fue, además de escriba real, supervisor del Tesoro bajo el rey Tutmosis III, es decir, que muy probablemente fuera el sucesor de Djehuty en ese cargo. Este es un detalle interesante, pues ubicó su tumba justo por encima de la del supervisor del Tesoro Djehuty, nuestro Djehuty. No se sabe si ambos personajes estaban de algún modo relacionados entre sí, pero este pudiera ser un buen caso de agrupación de tumbas por cargos administrativos y no tanto por relación familiar.
Este jueves organizamos el irnos a comer a una faluca y disfrutar del atardecer en el Nilo. Karim, uno de nuestros dos cocineros, es, en realidad, propietario y capitán de una faluca, así que nos pusimos en sus manos para combinar comida y navegación. El viento era bastante fuerte, lo que nos permitió llegar casi hasta el puente que une las dos orillas al sur de Luxor. El atardecer en el Nilo es siempre espectacular.
.