04 febrero 2017

En la tumba que excava David hoy han salido más momias parcialmente desvestidas y desmembradas por los saqueadores, y arrojadas al suelo de cualquier manera. Gracias al cuidado con el que Ibrahím maneja el palaustrín fue saliendo a la luz un lino pintado de época greco-romana. Tiene representado en su parte central la figura a gran escala del dios Osiris, con la peculiaridad de que tiene el rostro pintado de negro y, sobre la cabeza, lleva una corona blanca con uraeus. Así, David, que quería documentar la reutilización y robo de tumbas para su tesis doctoral, se ha encontrado con un caso interesante de sucesivas reutilizaciones y expolio de una tumba de la dinastía XVIII hasta época romana.

Cisco, al otro lado del yacimiento, también ha “tropezado” con sucesivas reutilizaciones de la habitación que está excavando, anexa a la tumba de Hery. Al final de la jornada había hallado trece lucernas greco-romanas y cerámica bizantina, entre las que destacaban unos botecitos ungüentarios. Y en otra área del yacimiento, José Miguel, al fondo de su pozo, está excavando ya los niveles inferiores de la última cámara sepulcral (¡la cuarta!) y ha encontrado los restos de un ataúd para un niño. En la cámara de en frente habíamos hallado los restos de una mujer. Tal vez ambos estuvieran relacionados, y quien nos falta el padre.

Hoy hemos vuelto a tener un problema burocrático, cuestiones de permisos con el Servicio de Antigüedades. Para resolverlo, se han sucedido durante más de una hora llamadas a El Cairo, a la orilla Este de Luxor, al “taftish” de la orilla Oeste… Y al final, como suele ocurrir en Egipto, todo se acaba arreglando, sobre todo si interviene el rais Ali. Y este nuevo problemilla me ha hecho reflexionar sobre la importancia de tener claro el objetivo y no perderlo de vista, es decir, no distraerte con cosas anecdóticas, ni tomar derroteros que te acaben desviando o impidiendo alcanzar la meta. En estas negociaciones, con frecuencia te tienes que tragar el orgullo, tienes que ceder aún teniendo tú razón, e incluso tienes que adular a la persona que te está poniendo las dificultades acabar dándole las gracias por su ayuda. Curiosamente ese es el concepto de “victoria” (/nakht/) que tenían los antiguos egipcios: no importa los medios que emplees para obtener lo que deseas, según las circunstancias pude ser el uso de la violencia o de la diplomacia, lo que define una victoria es conseguir el objetivo. Así, cuando la reina Hatshepsut intercambia productos con los jefes del Punt, la expedición comercial es calificada de “victoriosa”, pues los barcos egipcios regresaron a Tebas cargados con los productos que fueron buscando.